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El mundo visto con los ojos del Mallinckrodt I Nuestra Historia
200 años de la muerte del general Manuel Belgrano
Del olvido al Bronce
por Miguel Pérès
Belgrano llegó a Buenos Aires en plena anarquía del Asistieron todas las corporaciones para tributar hono-
Año XX, ya seriamente enfermo de hidropesía. A las 7 res al féretro vacío que sería llevado a la catedral para
de la mañana del 20 de junio de 1820, el cansado cora- una misa. Sonaron tambores con redoble de luto y re-
zón del creador de la bandera dejó de latir. De acuerdo sonaron los cañones, mientras se hacía un remedo de
con su deseo, fue amortajado con el hábito de la Terce- entierro. Un gentío llenó las calles por donde pasó el
ra Orden y enterrado en el atrio de la iglesia de Santo cortejo, en tanto la bandera Celeste y Blanca tremolaba
Domingo. Muy pocos se habían enterado de su deceso, a media asta en el Fuerte. El elogio fúnebre estuvo a
y sólo Fray Francisco de Paula Castañeda publicó el cargo del doctor Valentín Gómez. En julio se le tributa-
fallecimiento cinco días más tarde en el Despertador ron nuevos mensajes.
teofilantrópico. El 27 de junio, el presbítero Domingo El nombre de Belgrano se afianzó cada vez más en la
Belgrano, hermano y albacea de Don Manuel, celebró conciencia pública como símbolo de entrega y excelsas
un funeral al que concurrieron únicamente los herma- virtudes cívicas. Andrés Lamas en el Uruguay y Barto-
nos, sobrinos, y algunos amigos. Al día siguiente se lomé Mitre en la Argentina comenzaron, pocas décadas
realizó otro oficio en presencia de muy pocas personas. después de su muerte, a reunir los documentos para
Un año más tarde, el 20 de junio de 1821, se le rindie- escribir su biografía. Mitre publicó en 1857 un importan-
ron honras fúnebres con participación del Batallón 1° te estudio en la galería de celebridades argentinas y, al
de línea, la Legión Patricia y el regimiento del Orden, año siguiente, el volumen que sería el embrión de su
además de fuerzas de caballería y piezas de artillería. obra definitiva. “Este libro”, dijo en 1858, “es al mismo
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