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NotiMallinckrodt I Editorial
Nuestra Madre del Cielo
Uno de los objetivos institucionales de este año vin- su prima Santa Isabel que esperaba un hijo y necesitaba
culado con el Año Mariano Nacional, es el que nos invita su ayuda. Al compadecerse en esa fiesta de Caná en
-a partir de la relación personal con la Virgen María- a la que faltaba vino y pedirle a Jesús que adelantara su
salir al encuentro con el otro, cultivando las virtudes de la hora e hiciera su primer milagro. Al vivir santamente todo
caridad y la responsabilidad en el mutuo cuidado. aquel tiempo de preparación de Jesús hasta comenzar
La Virgen es para nosotros un modelo vigente y constan- su vida pública, en la que imaginamos a María como mo-
te. Ella es una luz que irradia alegría a nuestro corazón; delo de madre, esposa, ama de casa, pariente y amiga,
que nos cuida, nos alienta, nos anima, y es nuestro refu- viviendo con plena santidad y alegría la tarea cotidiana
gio en momentos de preocupación. Es a quien siempre de las pequeñas cosas. Irradiando la belleza del bien, en
podemos acudir para pedir su cuidado, su intercesión silencio, con plena humildad y sencillez, pero con cons-
ante Jesús y para recibir su ternura y cariño maternal tante presencia.
que nunca nos defrauda, pues aceptó la misión de ser Ella debe ser nuestra guía y compañía. Un arquetipo
nuestra Madre por pedido de Cristo al pie de la Cruz. para que nuestras hijas puedan encontrar en ella un au-
La devoción a María es profundamente cristocéntrica téntico modelo de vida, que las inspire a seguir sus hue-
dado que por ella vino Jesús al mundo y Él mismo nos la llas de entrega confiada en Dios, con verdadero amor y
regaló como Madre justo antes de morir. Como nos de- responsabilidad por los demás. Para que a su alrededor
cía San Marcelino Champagnat, “todo a Jesús por María; nadie sea invisible. Para que ellas puedan poner la mira-
todo a María para Jesús”. da y el corazón en los demás, a fin de no encerrarse en
María siempre estuvo presente en los momentos crucia- sí mismas, sino para salir al encuentro de todo aquel que
les de la vida de Jesús. En su concepción, cuando dijo necesite de su bondad, de su ayuda y de su compañía.
su Sí a Dios y posibilitó la Encarnación. En su nacimien- De su luz y del calor de su afecto.
to y luego en su crecimiento y vida oculta. En el primer Fiel a su naturaleza, el hombre se realiza cuando –a ima-
milagro de Jesús en las Bodas de Caná, que dio inicio a gen de Dios-- vive en comunión; cuando crea lazos, cuan-
su vida pública. Al pie de la Cruz, cuando casi todos lo do es fiel a ellos, a sus tradiciones y a sus raíces; cuando
habían abandonado y ella se quedó allí hasta el fin, para se brinda por entero y sale de sí para nutrirse de la co-
ser el último refugio humano de Jesús y para abrazar por munidad, y asume la responsabilidad de comprometerse
última vez su cuerpo mortal, según contemplamos en la irrevocablemente y para siempre en el desafío del amor.
sublime “Piedad” de Miguel Ángel. Y muy posiblemen- Como nos decía la Beata Madre Paulina: “a ejemplo de
te, cabe imaginar, María haya sido la primera persona a la Santísima Virgen María, debemos guardar en lo más
la que Jesús visitó luego de su Resurrección, como hijo íntimo de nuestro corazón, sentimientos de bondad ha-
que acude presuroso a calmar el dolor de su Madre y cia todos.” Y ella consagró el nombre de su congregación
colmarla de Esperanza. a María, al llamarla: Congregación de las Hermanas de
Con su Sí la Virgen nos abrió las puertas del Cielo, el la Caridad Cristiana, Hijas de la Bienaventurada Virgen
camino de la Vida Eterna. Así como para los griegos la María de la Inmaculada Concepción.
“aurora de los dedos de rosa” era la diosa del amanecer Ojalá podamos darnos cuenta de que María siempre nos
que día a día abría las puertas del cielo para la entrada acompaña. Qué su luz alumbre nuestro camino y nuestro
del “carro del sol”, María es la Aurora de la Salvación, corazón. Qué su pureza y su belleza nos inunden. Qué
porque con la Encarnación posibilitó la venida de Cristo su ejemplo nos inspire y nos guíe para salir al encuen-
al mundo para salvarnos. tro de los demás. Así, podemos decir la antigua oración:
Su vida es testimonio auténtico de profunda entrega con- “Dios te salve, Madre de misericordia, Madre de Dios y
fiada en Dios, llena de caridad y responsabilidad, aunque Madre del perdón, Madre de la esperanza y de la gracia,
a veces no entendiera y guardara cosas en su corazón. Madre llena de alegría, oh María”.
Ella salía de sí para “mirar” al otro y acudir presta a ayu-
darlo en su necesidad. Como lo hizo al aceptar ser la Carlos A. de Kemmeter
Madre del Salvador. Al partir “sin demora” para ayudar a Presidente de la Asociación de Padres
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